El Grito
Pasan ya de cien estrellas en el cielo,
la cama tiembla y las sábanas aflojan sus besos.
Una tenue mirada se asoma en la alborada;
en la ventana, una ausencia de colores despierta
da la cara ante el insomne y raquítico ser humano.
—Esta noche tengo miedo que alguien grite.
Dijo la ojerosa inestabilidad del sentimiento.
En silencio, como cada madrugada,
observó el techo que rotaba siniestro
y al fin, la lágrima convaleciente
le quemaba y coloreaba su imperpetuo rostro.
—Sé que estás ahí.
Murmuró mientras se liberaba de las cadenas de su cama
y posaba su blanca estructura frente al cristal de la pared.
—Hoy gritarás y despertaré,
me hundiré en la tiniebla de mi cuerpo
y moriré casi sin saberlo.
A punto de entregarse al infinito etéreo,
la detuvo el grito indeleble de su pecho;
entonces me miró y con una sonrisa sardónica
y las niñas devoradas en su mirada
abrió apenas sus labios:
—¿Lo ves?... Ahora ya he muerto.
la cama tiembla y las sábanas aflojan sus besos.
Una tenue mirada se asoma en la alborada;
en la ventana, una ausencia de colores despierta
da la cara ante el insomne y raquítico ser humano.
—Esta noche tengo miedo que alguien grite.
Dijo la ojerosa inestabilidad del sentimiento.
En silencio, como cada madrugada,
observó el techo que rotaba siniestro
y al fin, la lágrima convaleciente
le quemaba y coloreaba su imperpetuo rostro.
—Sé que estás ahí.
Murmuró mientras se liberaba de las cadenas de su cama
y posaba su blanca estructura frente al cristal de la pared.
—Hoy gritarás y despertaré,
me hundiré en la tiniebla de mi cuerpo
y moriré casi sin saberlo.
A punto de entregarse al infinito etéreo,
la detuvo el grito indeleble de su pecho;
entonces me miró y con una sonrisa sardónica
y las niñas devoradas en su mirada
abrió apenas sus labios:
—¿Lo ves?... Ahora ya he muerto.
2 Comments:
Bienvenida sean tus Sombras de la Luz, mi querida amiga; que sean sus letras una luz que guíe la pluma insomne por el sombrío laberino de los versos aún no escritos.
El Grito se hace un eco de la muerte, que no ve que ya he muerto, que habito en mi vida póstuma?
Geniales tus versos, me han maravillado, como generalmente lo haces con ten bella poesía.
Mi reverencia y un beso
Señor Lavengro
Exellente manejaste las sombras a tu antojo en especial esta es la que mas me gusto junto con la del 2 de noviembre
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