Sunday, July 09, 2006

Dos de noviembre


Los cempasúchiles murieron muy pronto,
como mi tristeza venida de cuatro paredes,
como mi alma derramada en la arena,
como yo, hace siglos fuera de mi condena.

Perdí mi sangre al ser feliz,
perdí el tiempo intentando serlo,
perdí mi vida creyendo que podía,
perdí mi alma en una lágrima de viento.

Nadie lloró mi oculta muerte,
hubo celebración en mi funeral;
mi cadáver aún escucha, aún mira,
aún siente cómo lastiman su eternidad.

Es divertido para los espíritus
que los miedos perturben mi sueño,
es regocijante para los demonios
que se evapore mi esperanza en recuerdos.

Mi tumba hoy huele a soledad,
como todos los días de lluvia;
hoy, como ayer, se fue mi vida
en el delirio de un júbilo que morirá.

1 Comments:

Blogger EL TERCERO said...

me agrado mucho la manera en que escribistes este poema el ritmo y el contenido es bueno
atte. hector meza (martinez) de citla te tome la idea y abri mi espacio aun no le pongo nada pero ya mero....

7/25/2006 08:19:00 PM  

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